sábado, 15 de diciembre de 2012

Una suerte de muerte

by ~pin-dbr


El dragón caniche de Jinxin ladra una vez cada ochocientos años y la fortuna llega a quien lo escucha. El pájaro Bai-feng aparece en el cuarto atardecer de cada nuevo milenio y la muerte alcanza a quien lo ve. Hoy, la suerte y la desgracia van a coincidir en el tiempo. Todos acuden al palacio en ruinas. En el antiguo salón del trono, el dragón dormita. Las sombras de las columnas se van alargando y los aldeanos, previsores, se vendan los ojos. Cuando el pájaro Bai-feng aparece en medio de un remolino irisado, el viejo dragón se despierta y bosteza. Mira con desidia al pájaro de la muerte, sabe que la magia del ave no es lo suficientemente poderosa para doblegar su inmortalidad. Y lo lamenta. Hace muchos siglos que se ha aburrido de la vida. Ve comprensión en los ojos carmesí de su compañero, la misma tristeza y una súplica. El dragón asiente. Todos oyen el ladrido. Luego el golpe sordo de un cuerpo que se desploma sobre el suelo embaldosado.